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Mantenimiento de intercambiadores de calor de placas (PHE)

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    AI
  • 30 sept
  • 38 Min. de lectura
Mantenimiento Intercambiador de calor de Placas (PHE)

Los intercambiadores de calor de placas (Plate Heat Exchangers, PHE) son equipos clave para transferir energía térmica entre dos fluidos sin que se mezclenalfalaval.com. Están formados por múltiples placas delgadas de metal con juntas de caucho que sellan y dirigen los fluidos por canales alternados. Gracias a su diseño corrugado y compacto, logran una alta eficiencia de transferencia de calor en comparación con intercambiadores tubulares tradicionalessz-pharma.com. Además, sus placas desmontables facilitan la limpieza y mantenimiento periódico, manteniendo un excelente rendimiento térmico en aplicaciones de calefacción, enfriamiento y procesos industrialesinducom-ec.com.


Como cualquier equipo, un intercambiador de placas requiere mantenimiento regular para operar a máximo rendimiento. Sin un plan de mantenimiento, es natural que la eficiencia del PHE disminuya con el tiempo debido a la suciedad e incrustaciones (fouling) que se acumulan en las placaspaulmueller.com. En este blog, explicaremos qué implica el mantenimiento de un intercambiador de placas, cada cuánto realizarlo y las técnicas empleadas (limpieza CIP en sitio vs. limpieza desmontando las placas). También abordaremos las pruebas de integridad como la hidrostática y de líquidos penetrantes, cómo saber si es hora de cambiar juntas o placas, las marcas atendidas y la cobertura de servicios en México, entre otros puntos importantes. Al final encontrarás una sección de Preguntas Frecuentes (FAQ) para resolver dudas comunes. ¡Comencemos!


¿Qué es un intercambiador de calor de placas y cómo funciona?


Un intercambiador de calor de placas es un dispositivo que transfiere calor de un fluido a otro a través de placas metálicas delgadas ensambladas en un bastidor. Cada placa tiene juntas perimetrales que crean canales separados para el fluido caliente y el fluido frío. Los fluidos circulan por canales alternos (uno por medio caliente, el siguiente por medio frío) de manera que el calor del fluido más caliente se transmite a través de la placa hacia el fluido más fríoalfalaval.com. Las placas suelen tener una superficie acanalada o corrugada para turbulenciar los fluidos, lo que mejora la eficiencia de transferencia térmica.

En resumen, así funciona un PHE típico:

  • El fluido caliente ingresa por un puerto y se distribuye entre ciertas placas, mientras el fluido frío entra por otro puerto y se distribuye por las placas intercaladas en el paquete.

  • Las placas separan los dos fluidos; el calor atraviesa la placa metálica desde el lado caliente al lado frío, bajando la temperatura del fluido caliente y elevando la del frío.

  • Ninguno de los dos fluidos se mezcla, pues quedan sellados por las juntas de caucho entre placa y placa.

  • Al salir del equipo, cada fluido ha intercambiado calor: el caliente se enfría y el frío se calienta, según la aplicación.


La gran ventaja de los intercambiadores de placas con juntas es que son desmontables: se puede aflojar el bastidor (pernos tensores) y retirar placas para limpiarlas o sustituir juntas cuando sea necesario. Esto hace que el mantenimiento sea más sencillo comparado con otros tipos de intercambiadores (por ejemplo, los de tubo y coraza). De hecho, los PHE están diseñados pensando en facilitar la limpieza y el servicio: sus placas desmontables permiten una limpieza a fondo y reparaciones manteniendo un rendimiento óptimoinducom-ec.com. En la siguiente sección veremos en qué consiste el mantenimiento de estos equipos y por qué es tan importante realizarlo con la frecuencia adecuada.


¿En qué consiste el mantenimiento de un PHE?


El mantenimiento de un intercambiador de calor de placas abarca todas las acciones preventivas y correctivas para conservar o restaurar su rendimiento térmico y su fiabilidad. Esto incluye principalmente la limpieza de las superficies de transferencia de calor (para eliminar incrustaciones, depósitos o suciedad), la inspección de las placas y juntas para detectar daños o desgaste, y la sustitución de componentes consumibles (especialmente las juntas de caucho, e incluso placas si están dañadas). También pueden realizarse pruebas de integridad para asegurar que no haya fugas internas ni externas.

En general, podemos dividir el mantenimiento en dos tipos: mantenimiento preventivo y mantenimiento correctivo:


Mantenimiento preventivo

El mantenimiento preventivo es aquel que se planifica y realiza periódicamente aunque el equipo aparentemente esté funcionando bien. Su objetivo es prevenir fallas, optimizar el rendimiento y prolongar la vida útil del intercambiador. Las tareas típicas de un mantenimiento preventivo en un PHE incluyen:

  • Inspecciones regulares: revisar visualmente el estado del equipo, buscando fugas en las juntas, corrosión en las placas, deformaciones o acumulación de suciedad. Por ejemplo, se recomienda verificar periódicamente que el paquete de placas esté bien ajustado (dimensionamiento correcto del bastidor) y que no haya signos de fugas externas en las esquinas de las placas (lo cual indicaría juntas comprometidas)paulmueller.com. También se inspeccionan los manómetros de entrada/salida para monitorear la caída de presión a través del intercambiador, ya que un aumento inusual sugiere obstrucción por incrustacionespaulmueller.com.

  • Limpieza periódica: realizar limpiezas programadas del intercambiador para remover depósitos antes de que causen problemas serios. La limpieza química en sitio (CIP) suele ser la primera opción (más adelante profundizaremos en este método). La idea es limpiar con cierta frecuencia antes de que la caída de rendimiento sea crítica. Por ejemplo, muchos fabricantes sugieren efectuar limpieza al menos una vez cada 6 meses como parte del mantenimiento rutinariopaulmueller.com, aunque la frecuencia óptima dependerá de la suciedad que genere tu proceso.

  • Lubricación y ajustes: en cada parada de mantenimiento se acostumbra lubricar partes del bastidor (barras guía, pernos roscados) para que abrir y cerrar el equipo sea más fácilalfalaval.comalfalaval.com. También se verifica que los tornillos de apriete estén correctamente ajustados a la dimensión de diseño (“dimensión A” del paquete de placas)alfalaval.com.

  • Reemplazo preventivo de juntas: las juntas de caucho envejecen con el tiempo y pierden elasticidad. Incluso si no hay una fuga evidente, tras ciertos años de servicio puede convenir cambiarlas preventivamente antes de que fallen en plena operación. Más adelante hablaremos de la vida útil típica de las juntas, pero como referencia, muchos especialistas recomiendan renovar todas las juntas cada 3 a 5 años bajo condiciones normalespremiersepservices.com (esto puede variar según el material de la junta y las condiciones de proceso). Un mantenimiento preventivo incluirá programar este recambio de juntas cuando corresponda, para evitar paros no planificados.

  • Pruebas de integridad: algunas pruebas no destructivas, como el test de líquidos penetrantes a las placas o una prueba hidrostática al equipo armado, pueden formar parte del mantenimiento preventivo. Por ejemplo, Alfa Laval recomienda realizar un “test de integridad” una o dos veces al año para detectar microfisuras o problemas incipientes en las placas antes de que causen fugas inesperadasalfalaval.es. Esto forma parte de un enfoque proactivo para garantizar la confiabilidad del equipo.


En resumen, el mantenimiento preventivo es “darle cariño” periódico al intercambiador: limpiarlo, revisarlo y cambiar piezas desgastadas antes de que ocurra una avería. Si se sigue un buen plan preventivo, se evitan paros imprevistos y se asegura un rendimiento óptimo de forma consistenteww2.nelsonjameson.com.


Mantenimiento correctivo

El mantenimiento correctivo es el que se realiza cuando el equipo presenta una falla o bajo rendimiento evidente. En otras palabras, es reparar o reacondicionar el intercambiador después de que surgió un problema (fuga, pérdida de eficiencia, etc.). Algunos ejemplos de situaciones que llevan a un mantenimiento correctivo:

  • Fugas en el intercambiador: si comienza a gotear fluido por la zona de las juntas, o peor aún, si se detecta contaminación cruzada (mezcla de los dos circuitos dentro del equipo), se debe parar el equipo de inmediato y abrirlo. Una fuga externa suele indicar una junta rota o aplastada; una fuga interna (contaminación) podría indicar una placa fisurada. En cualquier caso, habrá que desarmar el paquete de placas, identificar placas dañadas o juntas defectuosas y reemplazarlas, volviendo a armar el equipo correctamente para eliminar la fuga.

  • Desempeño insuficiente: si el intercambiador ya no alcanza las temperaturas de salida esperadas o si la caída de presión a través del equipo se ha incrementado mucho, es señal de ensuciamiento severo. Por ejemplo, en una pasteurizadora podría notarse que el producto no se enfría o calienta como debería, o que hay que bombear a mayor presión para mantener el caudal. Cuando la fouling es muy pesada, probablemente la limpieza CIP rutinaria ya no sea suficiente y se requerirá una limpieza por desmontaje completa (sacar placas y lavarlas individualmente). Este procedimiento correctivo devuelve al equipo a su rendimiento original.

  • Rotura catastrófica: en casos extremos, una mala operación (como un golpe de ariete, sobrepresión o shock térmico) puede dañar múltiples placas o el bastidor. Entonces se realiza una reparación mayor: sustitución de placas dobladas o agrietadas, cambio total de juntas y reinspección completa antes de volver a servicio.


El mantenimiento correctivo suele ser más costoso y urgente, porque implica tiempos de inactividad imprevistos. Cuando un intercambiador falla, normalmente la producción debe detenerse o buscar equipos auxiliares mientras se repara, lo cual afecta a la planta. Por eso es crucial minimizar la necesidad de correctivos mediante un buen programa preventivo. Aun así, es importante contar con personal capacitado o proveedores de servicio confiables para ejecutar estas reparaciones cuando se requieran.

Importante: En muchos casos el mantenimiento correctivo y el preventivo van de la mano. Por ejemplo, durante una parada programada anual (preventiva) se puede aprovechar de reacondicionar completamente el intercambiador: desmontar todas las placas, limpiarlas, hacer pruebas, cambiar juntas y reparar cualquier defecto (lo cual es correctivo). De este modo, se regresa el equipo a condiciones “como nuevo”. De hecho, fabricantes como Alfa Laval ofrecen servicios integrales de reacondicionamiento en taller, donde uno envía el paquete de placas y ellos hacen todo: limpieza química, detección de grietas, montaje de juntas nuevas y pruebas de presión, garantizando que el equipo quede óptimoalfalaval.esalfalaval.es.

En las siguientes secciones detallaremos las técnicas de limpieza más comunes y las pruebas de integridad empleadas en el mantenimiento de PHE, así como los componentes de repuesto principales (juntas y placas) y su manejo.


Métodos de limpieza más comunes

La limpieza del intercambiador de placas es probablemente la tarea de mantenimiento más frecuente e importante. A medida que el equipo opera, las superficies de las placas tienden a ensuciarse: sólidos suspendidos, sales que precipitan (sarro), restos orgánicos, etc., forman depósitos que reducen la transferencia de calor y obstruyen el flujo. Una ligera incrustación ya puede disminuir notablemente la eficiencia, y mientras más se acumule, más rápido empeora el problemapaulmueller.com. Por ello, es vital limpiar periódicamente el equipo antes de que esas incrustaciones crezcan demasiado.


Existen dos métodos principales de limpieza para PHE con placas desmontables:

  1. Limpieza CIP (Cleaning In Place) – limpieza químicamente en sitio, sin desmontar las placas.

  2. Limpieza manual por desmontaje – abriendo el equipo y limpiando placas individualmente (ya sea en planta o en taller).

Veamos en qué consiste cada uno y sus diferencias.


CIP (Cleaning in Place)

CIP significa “Cleaning In Place” o limpieza en sitio. Es un método de limpieza química en circuito cerrado, donde se hace circular por el interior del intercambiador una solución limpiadora (detergentes, ácidos o álcalis diluidos, según el tipo de suciedad) para disolver y arrastrar los depósitos. La gran ventaja del CIP es que no requiere desarmar el equipo: las placas permanecen montadas y la limpieza es relativamente rápida, minimizando paros productivosalfalaval.es.

Un procedimiento típico de CIP para un intercambiador de placas sería:

  • Aislar el intercambiador del proceso (cerrar válvulas de entrada/salida) y drenarlo de los fluidos de proceso.

  • Enjuagar con agua inicialmente para remover restos sueltos. Se recomienda hacer el flush en ambos circuitos y en flujo inverso al normal de operación, para arrastrar la suciedad más eficazmentepaulmueller.com.

  • Preparar la solución química en un tanque CIP (por ejemplo, soda cáustica caliente para residuos orgánicos, o ácido cítrico para sarro de carbonato). Muy importante: elegir un químico compatible con los materiales del intercambiador (placas y juntas)paulmueller.com. Por ejemplo, si las placas son de acero inoxidable, se evitan limpiadores con cloruros pues pueden corroerlaspaulmueller.com.

  • Recircular la solución limpiadora a través del intercambiador, con una pequeña bomba, durante el tiempo necesario. La turbulencia y acción química disolverán las incrustaciones. Algunos sistemas CIP permiten flujo reversible para mejorar la acción mecánica de arrastrealfalaval.es.

  • Finalizado el ciclo químico, enjuagar con agua hasta neutralizar y eliminar todo rastro de químico (el agua de salida debe salir limpia y con pH neutro)alfalaval.comalfalaval.com.

  • Desechar o reutilizar la solución CIP de acuerdo con las normas ambientales (a menudo se neutraliza antes de vertirla, para cumplir regulaciones).


La limpieza CIP suele tardar pocas horas en total y, bien realizada, devuelve gran parte del rendimiento original del equipo. Es especialmente útil en industrias alimentarias, donde se implementa casi a diario: por ejemplo, pasteurizadores de leche se CIPean rutinariamente para mantener higiene y eficiencia. Alfa Laval señala que un sistema CIP adecuado elimina residuos e incrustaciones comunes sin el arduo trabajo de abrir el intercambiador manualmentealfalaval.es. Esto reduce la carga de trabajo y el riesgo de dañar las juntas por desmontaje frecuente.


¿Cuándo conviene usar CIP? Cuando el ensuciamiento no está extremadamente adherido o endurecido. Depósitos orgánicos, biofilms, sarro ligero y suciedad reciente salen bien con CIP. También es el método preferido cuando se requiere limpiar muy seguido (diariamente o semanalmente), ya que desmontar tan frecuentemente sería inviable. Eso sí, si tras un CIP el equipo sigue presentando alta caída de presión o bajo desempeño, significa que la suciedad era muy resistente o abundante, y habrá que proceder a una limpieza manual desmontando placaspaulmueller.compaulmueller.com.


En resumen, CIP es la primera línea de defensa en mantenimiento de PHE: mantiene las placas razonablemente limpias en el día a día con paros mínimos. Sin embargo, eventualmente será necesaria una limpieza más profunda quitando las placas para remover depósitos que el CIP no logre disolver por completo.


Limpieza por desmontaje

La limpieza por desmontaje implica abrir el intercambiador aflojando los pernos del bastidor y separando las placas, para limpiarlas una por una manualmente o con equipos especializados. Es un proceso más laborioso que el CIP, pero permite una limpieza completa y minuciosa de cada placa, así como inspeccionar físicamente su estado. Este método se emplea en mantenimientos mayores (por ejemplo, anuales) o cuando el CIP no fue suficiente.

¿Cómo se realiza la limpieza manual de las placas? Los pasos generales son:

  • Abrir el equipo: Tras aislar y drenar, se aflojan cuidadosamente los pernos tensores del bastidor hasta poder retirar las placas. A veces no es necesario sacar todas las placas; se pueden dejar colgadas en la barra para limpiarlas in situ si hay espacio alrededorpaulmueller.com. De cualquier modo, se debe contar con espacio suficiente para maniobrar las placas fuera del marcopaulmueller.com.

  • Pre-lavado: Se suele iniciar con un lavado a presión de agua para remover la suciedad suelta de cada placaalfalaval.es. Por ejemplo, usando una hidrolavadora (agua a presión) se quitan restos grandes. En servicios profesionales, las placas primero se enjuagan con hidrojet antes de limpieza químicaalfalaval.es.

  • Aplicar agente de limpieza: Luego se aplica manualmente un detergente, desincrustante o solvente adecuado sobre la superficie de cada placapaulmueller.com. Esto puede hacerse con brochas suaves, rociadores o mediante inmersión. Por ejemplo, placas con sarro pueden sumergirse en una solución ácida ligera (ácido fosfórico, sulfámico, cítrico, etc.) para ablandar los depósitos calcáreos. Nota: nunca se deben usar cepillos de alambre ni esponjas metálicas directamente sobre las placas, pues rayan el acero inoxidablepaulmueller.com. En su lugar, se usan cepillos de cerdas plásticas o estropajos suaves para ayudar a desprender la suciedad sin dañar el metal.

  • Enjuague y remoción final: Tras dar tiempo al químico de actuar, se enjuaga cada placa con abundante agua, idealmente a presión, retirando todo residuo de suciedad y del agente limpiadorpaulmueller.com. Hay que tener cuidado de no apuntar el chorro de presión directamente sobre las juntas (si estas permanecen pegadas a las placas), para no aflojarlaspaulmueller.com.

  • Secado e inspección: Se seca cada placa (por ejemplo con aire comprimido) y entonces se inspeccionan detalladamente una por una, buscando grietas, perforaciones o deformaciones. Suele aplicarse aquí la prueba de líquidos penetrantes para detectar fisuras microscópicas que no se ven a simple vista (hablaremos de esta prueba más adelante). Muchas empresas de servicio revisan el 100% de las placas con tintas penetrantes, ya que incluso una sola placa fisurada puede arruinar la integridad del equipowcrhx.com.

  • Rearmado: Una vez limpias y verificadas, las placas se vuelven a colocar en el bastidor en el orden correcto (cuidando la orientación/giro que corresponda según el patrón de flujo). Si las juntas están en buen estado se reutilizan, pero lo aconsejable es aprovechar para cambiarlas si ya están envejecidas. Se instalan juntas nuevas en las placas dañadas o en todas, según el plan (ver sección de refacciones). Luego se aprieta el bastidor a la dimensión especificada, asegurando un sellado uniforme.


La limpieza con desmontaje es más exhaustiva. Permite dejar el intercambiador prácticamente “como nuevo”, removiendo incluso incrustaciones tenaces. Sin embargo, requiere más tiempo de parada. Para un PHE pequeño-medio, una limpieza manual completa puede tomar del orden de 8 a 16 horas de trabajo (uno o dos días) si se hace en campo. En talleres especializados, con tanques de limpieza por ultrasonidos y personal entrenado, el proceso puede ser más eficiente. Por ejemplo, Alfa Laval utiliza piletas de ultrasonido con químicos para limpiar múltiples placas a la vez de forma eficazalfalaval.esalfalaval.es. Luego realiza horno de curado si las juntas nuevas son pegadasalfalaval.es, etc. Estos servicios suelen entregar el equipo con informe de antes/después y pruebas de hermeticidad certificadasalfalaval.es.


En todo caso, conviene planificar la limpieza por desmontaje con anticipación (por ejemplo en paros anuales programados). Muchos usuarios realizan al menos una limpieza integral al año para dejar el equipo en óptimas condicionesthermaline.com. Durante el resto del año, las limpiezas CIP periódicas mantienen controlada la fouling.


CIP vs desmontaje – diferencia clave: La limpieza CIP es mantenimiento ligero frecuente (quitar suciedad rutinaria rápidamente), mientras que la limpieza con desmontaje es mantenimiento pesado ocasional (restaurar completamente el equipo). Ambas se complementan. Como regla general, usa CIP de forma regular, y haz limpiezas manuales más profundas de vez en cuando para “resetear” el intercambiador. En la próxima sección, veremos cómo asegurarnos de que después de una limpieza y mantenimiento, el equipo quede hermético y en buen estado, mediante las pruebas de integridad.


Pruebas de integridad en intercambiadores de placas

Después de limpiar y rearmar un intercambiador de placas, o ante la sospecha de problemas, es fundamental realizar pruebas de integridad. Estas pruebas verifican que el equipo no tenga fugas y que las placas estén sanas, sin fisuras que comprometan la separación de los fluidos. Las dos pruebas más utilizadas en mantenimiento de PHE son:

  • Prueba hidrostática (prueba de presión hidráulica).

  • Prueba de líquidos penetrantes en placas (dye penetrant test).


También existen otras, como la prueba neumática (con aire o gas trazador) o el vacío, pero en el contexto de intercambiadores de placas con juntas, las mencionadas son las más comunes. Veamos en qué consisten.


Prueba hidrostática

Una prueba hidrostática es básicamente un ensayo de presión realizado con un líquido (normalmente agua) para comprobar la hermeticidad y resistencia del equipoarvengtraining.com. Consiste en llenar el intercambiador con agua, purgar todo el aire y luego presurizarlo a una presión superior a la de operación normal, observando si ocurren fugas. Es análoga a “probar” la cámara de una llanta sumergida buscando burbujas, pero en este caso se hace con el sistema cerrado y monitoreando manómetros.


¿Cómo se aplica al PHE? Generalmente se hacen dos pruebas: una por lado de placas. Es decir, se tapa/sellan las conexiones de un circuito y se llena de agua, dejando el otro circuito seco; así, si alguna placa tiene un agujero, el agua podría pasar al lado seco y detectarse. Los pasos típicos:

  1. Montar el intercambiador con todas sus placas y juntas (tras limpieza o reparación) y cerrarlo a su apriete correcto.

  2. Cegar (bloquear) las boquillas de salida del circuito a probar y conectar una bomba de agua a la entrada.

  3. Llenar lentamente de agua el espacio hasta purgar el aire (se ayuda con válvulas de venteo).

  4. Bombear agua hasta alcanzar la presión de prueba deseada. Usualmente es alrededor de 1.3 veces la presión de diseño máxima del equipo, o según código aplicable. Por ejemplo, si el PHE opera a 6 bar, se podría probar a ~8 bar. (En entornos normados, se siguen códigos como ASME que especifican la presión exacta de prueba).

  5. Mantener la presión por un periodo (mínimo 10-15 minutos es común). Durante este tiempo, se inspeccionan visualmente todas las uniones buscando fugas de agua. También se observa el manómetro: si la presión cae sin fuga externa visible, podría indicar una filtración interna (agua pasando al otro circuito).

  6. Si no se detectan fugas, se considera que el intercambiador pasó la prueba en ese lado. Luego se libera la presión lentamente, se drena el agua y se repite el procedimiento invirtiendo los circuitos (probando ahora el otro lado de placas de forma independiente).


La prueba hidrostática asegura que no hay fugas ni pérdidas de presión bajo condiciones superiores a las normales, lo cual da confianza de que en operación real el equipo estará hermético. Es un método estándar en la industria para recipientes a presión y equipos térmicosarvengtraining.comarvengtraining.com.


Cabe mencionar que la hidrostática se realiza siempre que se reensambla un intercambiador después de un mantenimiento mayor, y también puede hacerse de rutina en paros para verificar integridad. Algunos servicios técnicos realizan una prueba de fuga inicial y final alrededor del mantenimiento: por ejemplo, probar el equipo al recibirlo (para diagnosticar el estado) y luego probarlo nuevamente tras el servicio para certificar que quedó sin fugasalfalaval.es.


En caso de que la prueba hidrostática falle (es decir, se encuentre una fuga), habrá que desarmar de nuevo e inspeccionar: a veces es una junta mal asentada que se corrige, o podría revelar una placa perforada que necesita reemplazo.


Seguridad: La prueba con agua es preferible a con aire, porque el agua es prácticamente incompresible y libera mucha menos energía si hay una ruptura (por eso las pruebas neumáticas con gas se consideran más peligrosas)arvengtraining.com. Siempre se deben tomar precauciones, usar equipos calibrados y seguir las recomendaciones del fabricante para este procedimiento.


Prueba de líquidos penetrantes

La inspección con líquidos penetrantes es un método de ensayo no destructivo para detectar grietas microscópicas o poros en las placas del intercambiador. Es especialmente útil en PHE porque las placas son delgadas (0.5–0.6 mm típicamente) y pueden desarrollar microfisuras por corrosión o fatiga que no se ven a simple vista. Una pequeña fisura en una placa puede causar contaminación cruzada de los fluidos (se mezclan ambos circuitos), algo que debemos evitar a toda costa en industrias como alimentos o química fina.


¿Cómo funciona la prueba? Se utiliza un tinte líquido de muy baja viscosidad que penetra por capilaridad en las grietas diminutas. Luego se aplica un revelador (generalmente blanco) que absorbe el tinte que haya quedado en las fisuras y lo hace visible bajo luz normal o luz UV, resaltando las líneas de grieta. En la práctica para placas:

  • La placa a inspeccionar debe estar limpia y seca; por eso este ensayo se realiza después de la limpieza.

  • Se rocía o pinta la placa por un lado con el líquido penetrante (suele ser un tinte rojo o fluorescente). Se deja actuar unos minutos, permitiendo que si hay alguna grieta abierta en la superficie, el líquido se meta en ellawcrhx.com.

  • Se limpia el exceso de penetrante de la superficie de la placa (con solvente suave o agua, según el tipo de tintes).

  • Luego se aplica el revelador en el lado opuesto de la placa. El revelador es típicamente un polvo blanco en aerosol que forma una fina capa.

  • Si la placa tiene una fisura pasante o poro, el penetrante rojo que quedó dentro migrará y manchará el revelador blanco al otro lado, dibujando una marca exactamente donde está el defectowcrhx.com. Bajo luz UV, si se usó penetrante fluorescente, brilla indicando la grieta.

  • El inspector examina ambas caras de cada placa bajo buena iluminación (o luz negra si aplica) en busca de líneas o indicios de color que delaten una grieta o agujero.


Este método es muy sensible: detecta grietas capilares y agujeros minúsculos. La mayoría de los talleres especializados prueban el 100% de las placas de un intercambiador durante el reacondicionamiento, ya que incluso un porcentaje pequeño de placas con falla puede causar problemas graveswcrhx.com. Por ejemplo, WCR (un proveedor de servicio) indica que al probar aleatoriamente solo 10-20% de las placas uno podría pasar por alto defectos, mientras que probando todas garantizan eliminar todas las placas malaswcrhx.comwcrhx.com.


Con la prueba de penetrantes podemos identificar y retirar placas defectuosas antes de rearmar el equipo, evitando así futuras fugas internas. Una sola placa con microgrieta puede arriesgar la seguridad del producto (imagine un pasteurizador donde leche cruda se mezcle con leche pasteurizada por una fisura). Por eso esta prueba agrega mucha tranquilidad al mantenimiento: garantiza que las placas que volverán al equipo están sanas. Es cierto que es un proceso laborioso y lento (aplicar tinte y revisar cada placa toma tiempo), pero su efectividad y confiabilidad la hacen el estándar preferido para checar integridad de placaswcrhx.com.


Alternativamente a los penetrantes, existen otras técnicas como pruebas con gas trazador (ej. helio o hidrógeno) para detectar fugas microscópicas. De hecho, Alfa Laval ofrece un “test de integridad” con mezcla de hidrógeno/nitrógeno que se presuriza en el equipo y mediante sensores detectan escapes de gas muy pequeñosalfalaval.es. Este método identifica incluso microfisuras invisibles y es muy rápido (unos 15 minutos por sección)alfalaval.es. Además tiene la ventaja de no emplear líquidos ni ensuciar. No obstante, requiere equipo especializado. En cambio, el ensayo de tintas penetrantes es accesible y se puede realizar en prácticamente cualquier taller con kits relativamente simples.


En resumen, las pruebas de integridad aseguran que tras el mantenimiento el intercambiador está en perfecto estado:

  • La hidrostática confirma que el conjunto armado no tiene fugas bajo presión.

  • La de penetrantes confirma que cada placa está libre de grietas o perforaciones.


Con ambas pruebas aprobadas, podemos devolver el PHE al servicio con confianza de que no habrá fugas ni contaminación indeseadawcrhx.com. Es un paso crítico en especial para equipos de industrias sanitarias (alimentos, farmacéuticas) donde la seguridad del producto es primordial.


Refacciones y repuestos clave para PHE


En el mantenimiento de intercambiadores de placas, a menudo será necesario reponer componentes que sufren desgaste o daño. Los repuestos clave de un PHE de placas y bastidor son principalmente juntas y placas. También podríamos mencionar tornillos del bastidor u otros accesorios, pero las juntas y placas conforman el “corazón” del equipo.

A continuación, revisamos estos repuestos, los tipos de materiales disponibles y recomendaciones al momento de sustituirlos, incluyendo la elección entre repuestos originales vs. genéricos.


Juntas (NBR, EPDM, Viton y más)

Las juntas son los sellos de caucho que van montados alrededor de los orificios y perímetro de cada placa, evitando fugas y asegurando que cada fluido siga su camino designado dentro del intercambiador. Dado que las juntas están hechas de elastómeros (hules sintéticos), con el tiempo se envejecen: el material se endurece, pierde elasticidad y eventualmente deja de sellar bienalfalaval.com. Por ello, las juntas son piezas de desgaste que habrá que reemplazar periódicamente a lo largo de la vida útil del PHE.


Materiales comunes de juntas: Entre los elastómeros más utilizados para juntas de intercambiadores de placas están:

  • NBR (Nitrilo) – Buen desempeño con aceites, combustibles y productos derivados del petróleo. No resiste bien solventes polares, ácidos fuertes ni temperaturas muy altas. Rango típico de temperatura: hasta ~110°C. No es adecuado para vapor o agua caliente por largos periodospinchlinedvalves.com (tiende a hincharse o degradarse en contacto con agua a alta temperatura). Se usa mucho en aplicaciones industriales generales, aceites térmicos, etc.

  • EPDM (Etileno-Propileno) – Excelente para agua, vapor y servicios a la intemperie. Resiste bien fluidos calientes acuosos, álcalis, algunos ácidos suaves, y aguanta temperaturas hasta ~150°Cpinchlinedvalves.compinchlinedvalves.com. No es compatible con aceites o hidrocarburos – el contacto con petróleo o grasas la deteriora rápidamentepinchlinedvalves.com. Ideal para sistemas de agua caliente, jugos, cerveza, CIP, y aplicaciones sanitarias. También mantiene flexibilidad a bajas temperaturas mejor que otros.

  • Viton®/FKM (Fluorocarbono) – Es un elastómero fluorado con altísima resistencia química y térmica. Soporta aceites, combustibles, solventes orgánicos, ácidos fuertes… en general la mayoría de químicos agresivospinchlinedvalves.compinchlinedvalves.com. Además tolera temperaturas muy elevadas, hasta ~200°C dependiendo del gradopinchlinedvalves.com. Es la opción para aplicaciones de altas temperaturas o fluidos corrosivos (refinerías, industria química). Sus desventajas: es más caro, y no va bien en agua/vapor – en servicios puramente acuosos es innecesario y menos duradero que EPDMpinchlinedvalves.compinchlinedvalves.com.

  • Otros: Hay variantes como HNBR (nitrilo hidrogenado) con mejor resistencia térmica que NBR normal, Neopreno (CR) usado a veces en aplicaciones de refrigerantes o amoníaco, Silicona (VMQ) para temperaturas extremas bajas o altas en alimentos pero tiene menor resistencia mecánica, etc. La selección depende de las condiciones del proceso (temperatura, tipo de fluido, normas sanitarias).


Cada material tiene su nicho óptimo. Por ejemplo, en aplicaciones de agua caliente y limpieza CIP, EPDM suele ser la elección más confiable, mientras que en presencia de hidrocarburos, NBR sobresale, y para químicos solventes o alta temperatura, Viton es la mejor opciónrubberandseal.compinchlinedvalves.com. Usar el material correcto es crítico: una junta inapropiada puede fallar rápidamente (p. ej., nitrilo en un servicio de vapor se agrietará).

Vida útil de las juntas: Depende de muchos factores (temperatura, química, ciclos de operación, ajustes). En general, se espera que duren varios años si el equipo opera en condiciones normales. Una estimación común que dan proveedores es entre 3 y 5 años para NBR bajo operación normal, y hasta 5 a 8 años para EPDM o Viton, antes de que empiecen a perder propiedadespremiersepservices.compacificmarine.net. Sin embargo, podrían durar menos en servicios severos (altas temperaturas cercanas al límite, químicos agresivos) o, por el contrario, más de 10 años en servicios muy benignos. Lo importante es inspeccionarlas en cada mantenimiento: si se sienten endurecidas, agrietadas o aplastadas sin resorte, es hora de cambiarlas. También cualquier junta que haya sufrido un sobrecalentamiento (ej. se coció por un vapor excesivo) debe reemplazarse.


Alfa Laval menciona que todos los cauchos sufren un proceso natural de envejecimiento, y con el tiempo ya no podrán sellar debido a la pérdida de fuerza de sellado, dando lugar a fugasalfalaval.com. Por eso es prudente no apurar las juntas hasta la falla: planifica su recambio preventivo. Una señal objetiva es la dimensión de cierre del paquete: cuando las juntas se comprimen y no recuperan, el paquete se va cerrando más de lo debido. Muchos PHE especifican una dimensión mínima; si la alcanzas, significa que las juntas están muy fatigadas y deben ser renovadas.


En la reposición de juntas, asegúrate de:

  • Obtener juntas del material correcto (consulta siempre las recomendaciones del fabricante para tu aplicación específica).

  • Seguir técnicas adecuadas de instalación: algunas juntas van pegadas con adhesivo especial, otras tipo clip-on. Montar cuidadosamente para que queden bien asentadas en su canal, sin torceduras.

  • Si es un equipo grande, mantener lote de juntas de repuesto en inventario (se sugiere tener mínimo un 10% de repuesto, o un juego completo si el proceso es crítico)thermaline.com.


Placas originales y genéricas

Además de las juntas, ocasionalmente puede ser necesario sustituir placas del intercambiador. Las placas pueden dañarse por corrosión perforante, grietas de fatiga o deformaciones mecánicas. Cuando una placa presenta defectos graves (detectados en la prueba de penetrantes, por ejemplo), lo más conveniente es cambiarla por una nueva, ya que soldar o parchar placas delgadas suele no ser viable.


Al buscar repuestos, te encontrarás con dos opciones: placas y juntas originales del fabricante del equipo, u opciones genéricas (aftermarket) ofrecidas por terceros. ¿Cuál elegir?

Repuestos originales: Son fabricados por la misma compañía que hizo el intercambiador (ej. Alfa Laval, GEA, Tranter, etc.) o por sus licenciatarios.

  • Tienen la ventaja de ser idénticos en diseño y material a las piezas originales, garantizando el rendimiento y compatibilidad.

  • El fabricante suele ofrecer kits de servicio con todas las piezas necesarias para cierto intervalo de mantenimientoww2.nelsonjameson.com, facilitando la compra.

  • Usar piezas originales asegura la calidad de materiales y trazabilidad – sabes que el compuesto de la junta es el correcto y cumple normas (por ejemplo, FDA en alimentos), y que las placas tienen el espesor y estampado precisoww2.nelsonjameson.com. De hecho, Alfa Laval destaca que emplear repuestos originales mantiene las certificaciones del equipo válidasww2.nelsonjameson.com.

  • El único “pero” suele ser el costo, generalmente más alto que alternativas genéricas.


Repuestos genéricos: Son fabricados por terceros no afiliados, diseñados para ser intercambiables con los originales. En el mercado existe una industria de placas y juntas compatibles: empresas que producen placas copiando el patrón de los fabricantes principales, y juntas a medida para esos modelos.

  • Su principal atractivo es un precio menor. Pueden ser útiles cuando el fabricante original ya no soporta cierto modelo obsoleto.

  • Sin embargo, la calidad puede variar ampliamente. Hay proveedores genéricos muy reconocidos con buenos estándares, pero también otros de calidad dudosa.

  • Un riesgo es que quizás el material de la junta genérica no sea exactamente igual (podría tener menor pureza o propiedades mecánicas inferiores), lo que afecte su vida útil o compatibilidad química. O que la placa genérica tenga sutiles diferencias de estampado que alteren ligeramente la eficiencia o la caída de presión.

  • Además, al usar partes no originales, es posible que se invalide alguna garantía del fabricante o dejes de cumplir ciertas certificaciones.


Recomendación: Para equipos críticos (ej. intercambiadores en procesos higiénicos, o unidades muy exigidas), es aconsejable optar por repuestos originales de alta calidad, asegurando el desempeño y cumplimiento normativoww2.nelsonjameson.comww2.nelsonjameson.com. Los originales garantizan que las aleaciones, dimensiones y acabados son los adecuados, y vienen con respaldo técnico. En servicios menos críticos, algunos usuarios han tenido éxito con repuestos genéricos de buena reputación, ahorrando costos. Si decides usar genéricos, procura comprarlos a proveedores conocidos y, tras instalarlos, monitorear cuidadosamente el desempeño (por si surgiera alguna desviación).


En México, muchos proveedores de servicio ofrecen tanto la instalación de juntas originales como juntas genéricas compatibles según preferencia del cliente. En cualquier caso, lo fundamental es: no reutilizar placas dañadas ni juntas agotadas. Unas placas perforadas o unas juntas endurecidas solo traerán dolores de cabeza (fugas, contaminaciones) que no justifican ahorrar ese repuesto. Invertir en piezas nuevas a tiempo maximiza la vida útil del equipo y mantiene su productividadalfalaval.esalfalaval.es.


Frecuencia recomendada de mantenimiento


Una de las preguntas más comunes es ¿cada cuánto tiempo se debe dar mantenimiento a un intercambiador de placas? La respuesta puede variar según el tipo de industria, el fluido que maneja y la criticidad del proceso. Sin embargo, podemos dar algunas referencias generales basadas en recomendaciones de fabricantes y prácticas de la industria:

  • Inspección y limpieza rutinaria: Es aconsejable realizar inspecciones visuales y limpiezas menores con bastante frecuencia, por ejemplo mensualmente o trimestralmente inspeccionar manómetros, revisar que no haya pequeñas fugas en las juntas, etc. En cuanto a limpiezas CIP, algunas plantas las hacen cada semana o mes, dependiendo de cuánto se ensucie el equipo. Por ejemplo, en industrias lácteas y cerveceras se implementa CIP diario o semanal porque los depósitos orgánicos se forman rápidamente. En cambio, en sistemas HVAC con agua tratada, un CIP cada pocos meses podría bastar. Muchos expertos sugieren al menos 1–3 limpiezas al año mediante CIP para la mayoría de intercambiadoresmerrickgroupinc.com, ajustando la frecuencia según se observe la necesidad.

  • Mantenimiento preventivo programado: Por lo general, se recomienda hacer al menos una parada de mantenimiento preventiva al año. Anualmente debería planificarse abrir el intercambiador para inspección interna y limpieza profundathermaline.com. En esa revisión anual se verifican juntas, se realiza prueba hidrostática y/o de integridad si aplica, y se cambian las piezas requeridas. Muchas empresas coordinan esto con paros generales de planta (por ejemplo, mantenimiento anual en vacaciones). Si el proceso es muy crítico, algunos hacen dos mantenimientos al año (cada 6 meses) de forma programada. Alfa Laval sugiere en líneas generales un chequeo de rendimiento y posibles limpiezas cada 2-3 años, y renovación completa de juntas alrededor de los 8-10 añosalfalaval.com en ciertos servicios de refrigeración; pero para otros procesos con más fouling, los intervalos deben ser más cortos.

  • Indicadores de mantenimiento: Más allá del calendario, la condición del equipo dicta la frecuencia. Debes prestar atención a las señales de que el intercambiador necesita atención: aumento en la caída de presión, temperaturas de salida que se desvían de lo esperado, consumo energético mayor para mantener el proceso, o presencia de fugasalfadeoccidente.mxalfadeoccidente.mx. Si notas cualquiera de estas señales, adelanta el mantenimiento aunque no “toque” aún por fecha. Por ejemplo, si a los 8 meses tras la última limpieza ya ves mucha caída de presión, no esperes al mes 12 para intervenir.


En síntesis, no existe una única frecuencia universal. Pero como pauta de referencia: un mantenimiento preventivo mayor anual es un buen punto de partida para la mayoría de aplicaciones. Limpiezas CIP intermedias se pueden hacer varias veces al año según la suciedad (incluso mensuales si el proceso lo demanda)merrickgroupinc.com. Y siempre estar atento al desempeño: mantenimiento condicional cuando los parámetros empiezan a degradarse. Llevar un registro de los mantenimientos realizados y su efecto ayuda a optimizar la periodicidadalfalaval.comalfalaval.com.


Recuerda que el costo de limpiar y revisar es mucho menor que el costo de una falla no atendida. Es preferible “pecar” de mantenimiento de más, que quedarse corto. Una limpieza a tiempo puede prevenir una parada de emergencia luego. En palabras simples: cambia el aceite antes de que se prenda el foco rojo, tal como lo harías con tu autopaulmueller.com. Un programa constante de servicio te ahorrará dinero y problemas a largo plazo.


Beneficios de un buen mantenimiento preventivo


Implementar un mantenimiento preventivo sólido en tus intercambiadores de placas trae múltiples beneficios, que se reflejan en la productividad, seguridad y costos operativos de tu planta. A continuación, enumeramos las ventajas principales de mantener proactivamente tus PHE en buen estado:

  • Máxima eficiencia energética: Un intercambiador limpio transfiere calor de forma óptima. Las incrustaciones actúan como aislantes que reducen la transmisión de calor, obligando a usar más energía (quemar más combustible, bombear más caudal) para lograr la misma temperatura objetivo. Al mantener las placas libres de fouling, optimizas la eficiencia térmica y ahorras energía. Estudios señalan que ser proactivo en la limpieza puede reducir el consumo de combustible y costos de operación notablementemerrickgroupinc.commerrickgroupinc.com. En resumen, intercambiadores limpios = cuentas de energía más bajas.

  • Menos paros no programados: El mantenimiento preventivo reduce la probabilidad de fallas sorpresivas. Al reemplazar juntas antes de que revienten y detectar a tiempo placas agrietadas, evitas tener que frenar la producción de emergencia. Un equipo bien mantenido es mucho menos propenso a fugas o averías durante la operación normalww2.nelsonjameson.comww2.nelsonjameson.com. Esto mejora la confiabilidad de la planta. Recuerda: una hora de producción detenida por una emergencia puede costar muchísimo más que todo un mantenimiento preventivo anual.

  • Mayor vida útil del equipo: Cuidar el intercambiador alarga su longevidad. La corrosión, erosión y fatiga avanzan más rápido en equipos sucios o mal atendidos. En cambio, con limpieza regular y piezas a tiempo, un PHE puede durar décadas en servicioalfalaval.ca. Por ejemplo, mantener las juntas en buen estado evita que haya ataques corrosivos en las placas por productos que se filtran; y limpiar el sarro previene corrosión bajo depósito. Todo esto preserva la integridad. Los fabricantes enfatizan que una estrategia de mantenimiento adecuada prolonga significativamente la vida del sistemamerrickgroupinc.com.

  • Seguridad del producto y cumplimiento sanitario: En industrias de alimentos, bebidas, farmacéutica, un mantenimiento proactivo es sinónimo de calidad y seguridad. Limpiezas regulares aseguran que no proliferen bacterias ni haya contaminación cruzada, manteniendo la inocuidad del producto. Además, las pruebas de integridad detectan placas dañadas que podrían mezclar fluidos (p. ej., refrigerante con leche, algo inaceptable). Usar repuestos originales en juntas garantiza cumplir normativas alimentariasww2.nelsonjameson.com. En resumen, evitas riesgos sanitarios y cumples con las regulaciones exigidas.

  • Menores costos a largo plazo: Aunque suene contradictorio “gastar” en mantenimiento, la realidad es que sale más barato prevenir que corregir. Un programa preventivo bien llevado elimina prácticamente el riesgo de roturas catastróficas costosasww2.nelsonjameson.com. Las paradas planificadas se pueden coordinar cuando menos afecten, mientras que una falla te agarra desprevenido en el peor momento. Asimismo, cambiar piezas desgastadas a tiempo es más barato que enfrentarse a daños mayores después (por ejemplo, una placa perforada por corrosión pudo salvarse si se cambiaban juntas antes). Diversas estadísticas industriales muestran que cada dólar invertido en mantenimiento preventivo ahorra varios más en reparaciones y pérdidas productivas.

  • Operación suave y sin sorpresas: Al final del día, un intercambiador bien mantenido es un problema menos en tu lista. Funciona a su capacidad, no causa retrasos ni quejas, y puedes enfocarte en la producción con tranquilidad. Esto también mejora la seguridad industrial: se reducen las probabilidades de fugas peligrosas o paros repentinos que puedan causar incidentes.


Como ejemplo concreto, no limpiar un intercambiador sucio puede acarrear 3 consecuencias: el producto puede no alcanzar la temperatura requerida (afectando la calidad o seguridad en alimentos)alfadeoccidente.mx, los equipos circundantes gastan más energía (bombas esforzadas, calderas más carga)alfadeoccidente.mxalfadeoccidente.mx, y eventualmente puede ocurrir una fuga o ruptura que detenga toda la plantaalfadeoccidente.mx. Todo esto se evita con buen mantenimiento.


En conclusión, invertir en mantenimiento preventivo de tus PHE te ahorra dinero y dolores de cabeza. Obtienes eficiencia, confiabilidad, calidad y longevidad. Es como darle servicio a tu automóvil regularmente: te rinde más el combustible, no te deja tirado, y el motor dura más años. Con tus intercambiadores de placas, la analogía es la misma – un pequeño esfuerzo continuo resulta en grandes beneficios en el largo plazo.


Riesgos de no dar mantenimiento a tiempo


¿Qué pasa si no se realiza mantenimiento a un intercambiador de placas cuando se debe? Operar estos equipos sin los cuidados adecuados conlleva riesgos serios tanto para la eficiencia del proceso como para la seguridad y costos. Algunos de los posibles problemas y consecuencias de la falta de mantenimiento son:

  • Pérdida de eficiencia acelerada: Sin limpiezas periódicas, las incrustaciones térmicas crecerán cada vez más en las placas. Incluso una capa delgada de sarro o depósitos orgánicos actúa como aislante que dificulta el intercambio de calorpaulmueller.com. A más suciedad, menor rendimiento térmico: el fluido ya no alcanza la temperatura deseada. Por ejemplo, en un enfriador puede que el agua de salida salga más caliente de lo esperado, o en un pasteurizador no se logre pasteurizar completamente porque no se llega a la temperatura sanitaria requeridaalfadeoccidente.mx. Además, mientras más se ensucia, más rápido sigue ensuciándose (la fouling favorece más fouling)paulmueller.com. Esto crea un círculo vicioso que puede llevar a que en poco tiempo el equipo quede prácticamente inutilizado hasta una limpieza mayor.

  • Aumento del consumo energético: Un intercambiador sucio obliga a los sistemas auxiliares a trabajar más. Por ejemplo, si el calor no se transfiere eficientemente, quizás tengas que bombear más caudal o elevar la temperatura/flujo del vapor o agua caliente para compensar. Las bombas experimentan mayor caída de presión por los canales obstruidos, consumiendo más potenciaalfadeoccidente.mx. Los calderos o chillers gastan más combustible/electricidad intentando lograr temperaturas que el intercambiador ya no puede alcanzar. El Departamento de Energía de EE.UU. advierte con estadísticas concretas cómo un intercambiador ineficiente impacta en costos de energía de plantamerrickgroupinc.com. En resumen: la factura de luz/combustible sube considerablemente debido a la falta de mantenimiento.

  • Riesgo de contaminación del producto: Si no se cambian juntas viejas o no se detectan placas dañadas, se corre el riesgo de fugas internas. Una pequeña grieta no identificada puede permitir que los fluidos de ambos circuitos se mezclen (contaminación cruzada). Imagínate las consecuencias: en alimentos, producto potencialmente contaminado y violación de normas sanitarias; en intercambiadores de proceso, lotes enteros arruinados por mezclarse con el medio de servicio (por ejemplo, aceite térmico entrando a un jugo). Incluso las fugas externas son peligrosas – un goteo de químico caliente puede causar accidentes. Identificar y reemplazar placas defectuosas mediante pruebas de integridad es esencial para evitar estowcrhx.com. No dar mantenimiento es jugar a la ruleta con la calidad del producto y la seguridad de operarios.

  • Fallas catastróficas y paros no programados: Prolongar el mantenimiento lleva al equipo al límite hasta que algo falla de forma abrupta. Podría ocurrir una ruptura repentina de una placa muy corroída o fatigada, provocando una fuga grande. O una junta revienta inesperadamente, derramando fluido por todas partes. Estas fallas forzarán a detener la operación de emergencia. El tiempo de inactividad no planificado es extremadamente costoso: se pierde producción, hay que pagar horas extra al personal de reparación, quizás importar piezas urgentes. A veces el daño es tal que el intercambiador completo queda inutilizable y debe ser reemplazado, una inversión enorme que pudo evitarse con mantenimiento. En casos críticos, una fuga masiva de producto caliente o tóxico podría incluso generar daños en otros equipos o lesiones. Todo por no intervenir a tiempo.

  • Costos de reparación elevados: Cuando finalmente no hay más remedio que dar mantenimiento (porque el equipo falló), seguramente los costos serán mucho mayores que si se hubiese hecho preventivamente. Más piezas dañadas (quizá ahora hay que cambiar todas las placas y juntas, en vez de solo algunas), necesidad de servicios externos urgentes, posible contratación de equipos portátiles para suplir durante la reparación, desperdicio de materia prima echada a perder, etc. Por ejemplo, se estima que la fouling de intercambiadores le cuesta a las industrias cientos de millones de dólares al año en gastos adicionalesosti.gov. En pocas palabras, ahorrar hoy en mantenimiento te pasa la factura multiplicada mañana.


En conclusión, no dar mantenimiento a tiempo es un riesgo que no vale la pena. Los intercambiadores de placas, por muy robustos que sean, dependen del cuidado regular. Ignorarlos equivale a perder dinero gradualmente (en menor rendimiento y eficiencia) y exponerse a potenciales fallas catastróficas. Es como no cambiar nunca el aceite del coche: al principio anda, pero estás acortando su vida y un día se funde el motor. De igual modo, un PHE sin mantenimiento está condenado a fallar antes de lo que debería, poniendo en jaque tu proceso. La buena noticia es que estos riesgos son totalmente evitables: con un programa de mantenimiento adecuado mantendrás tus intercambiadores funcionando de forma segura, eficiente y sin sorpresas desagradables.


Industrias que más requieren mantenimiento de PHE


Los intercambiadores de calor de placas se utilizan en una amplia variedad de industrias, pero no todas ensucian o desgastan los equipos al mismo ritmo. Hay sectores en los que el mantenimiento de PHE es especialmente frecuente y crítico debido al tipo de producto manejado o las condiciones de operación. A continuación destacamos algunas industrias donde el mantenimiento de intercambiadores de placas se requiere con mayor frecuencia:

  • Industria de alimentos y bebidas: Probablemente el sector Nº1 en uso de PHE y en necesidad de mantenimiento constante. Aquí se incluyen lácteos (lecherías, queserías), cervecerías, refresqueras, jugos y bebidas pasteurizadas, procesamiento de alimentos líquidos (salsas, purés). ¿Por qué? Porque estos productos tienden a dejar residuos orgánicos (grasas, proteínas, azúcares) que ensucian rápidamente las placas. Además, por normas sanitarias, se exige limpieza CIP frecuente (a veces diaria tras cada jornada de producción) para evitar contaminación bacteriana. Por ejemplo, las pasteurizadoras de leche se CIPean todos los días. Aun con CIP regular, las lecherías suelen hacer mantenimiento desmontando placas cada pocos meses para eliminar piedra de leche o biofilm acumulado. En alimentos y bebidas, la higiene manda, y un intercambiador sucio puede echar a perder un lote completo o violar la inocuidad. Por eso este sector le da mucha importancia al mantenimiento preventivo de PHE.

  • Industria química y petroquímica: En plantas químicas, refinerías, petroquímicas y afines, también se usan muchos intercambiadores de placas (sobre todo en servicios de enfriamiento o recuperación de calor). Suelen manejar fluidos que forman incrustaciones químicas (escamas minerales, polímeros, coque, etc.) o que pueden corroer las placas. Procesos químicos con líquidos sucios o reactivos requerirán limpiezas frecuentes. Un ejemplo es la industria azucarera o alcoholera, donde jugos de caña remanentes pueden formar depósitos pegajosos que hay que limpiar. Otra es refinerías, donde a veces se emplean PHE en servicios de crudo desalado o corrientes con tendencia a ensuciar; ahí la limpieza regular es vital. En general, cualquier proceso químico con fluidos que ensucien o reacciones que generen sólidos (por precipitación) va a necesitar mantenimiento asiduo. De hecho, los intercambiadores en industrias química y de alimentos típicamente están diseñados como desmontables para facilitar su limpieza frecuentesz-pharma.comsz-pharma.com.

  • Sector farmacéutico y biotech: Similar a alimentos en cuanto a requerimientos sanitarios. En farma se usan PHE para enfriar caldos de fermentación, para sistemas de agua pura, etc. Aquí la calidad microbiológica es crítica, por lo que se realiza CIP y esterilización con vapor de manera rutinaria. Los PHE en biorreactores o fermentadores pueden ensuciarse con biomasa, así que se limpian a menudo. El mantenimiento es frecuente y altamente protocolizado para cumplir Buenas Prácticas de Manufactura.

  • Industria papelera y minera: Son sectores donde los fluidos pueden traer sólidos abrasivos o mucha carga (lejías, lodos). Algunos procesos de pulpa y papel usan PHE en circuitos de licor negro, condensados, etc., que contienen sales y fibras. Estas pueden incrustar o erosionar placas, requiriendo limpiezas/desarmes periódicos. En minería, si se usan PHE para enfriar soluciones, a veces precipitan sólidos que obstruyen canales. No es la industria más típica de PHE (se usan más intercambiadores tubulares), pero cuando los hay, demandan mantenimiento.

  • Climatización y HVAC industrial: En sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado se emplean PHE para intercambiar calor entre circuitos de agua (por ejemplo, sistemas de district cooling, intercambiadores en torres de enfriamiento, etc.). Estos suelen manejar grandes caudales de agua que, si no está bien tratada, puede provocar incrustaciones de sarro o crecimiento de algas. Se recomienda limpiar esos intercambiadores al menos anualmente (por ejemplo, antes de cada temporada fuerte de verano/invierno) para quitar el sarro acumulado. La diferencia es notable: un enfriador de distrito con PHE limpios consume menos bomba y energía para la misma transferencia. Industrias con circuitos de enfriamiento de agua dura (no ablandada) verán depósitos de carbonato, así que necesitan mantenimiento químico frecuente (descalcificaciones ácidas).

  • Generación de energía y cogeneración: Plantas de energía pueden usar PHE en sistemas de enfriamiento de motores, enfriadores de aceite, intercoolers, etc. Por lo general usan agua de calidad controlada, pero aún así programan limpiezas anuales para prevenir incrustaciones. Si la planta está en zona costera y usan agua de mar en PHE (por ejemplo en plataformas petroleras o buques), la fouling marina (moluscos, algas) obliga a limpiezas químicas recurrentes.

  • Otras industrias: Automotriz (bancos de pruebas con PHE en enfriamiento), HVAC de edificios comerciales, hospitales (enfriadores de chillers), industria electrónica (en enfriamiento de procesos), etc. En cada caso, la frecuencia de mantenimiento irá de la mano con la suciedad potencial del circuito.


En México, las industrias de alimentos/bebidas, química/petroquímica y climatización industrial son de las que más demandan servicios de mantenimiento de intercambiadores de placas. Ciudades con fuerte presencia de estos sectores (por ej. Guadalajara en alimentos, Monterrey en industria, zonas petroleras como Veracruz, etc.) concentran gran parte de la actividad de mantenimiento de PHE.


En pocas palabras, si tu proceso tiende a ensuciar equipos o requiere higiene estricta, entonces tendrás que dar mantenimiento frecuente a tus intercambiadores de placas. La buena noticia es que los PHE están hechos para ser mantenidos: puedes abrirlos y dejarlos como nuevos una y otra vez. Solo hace falta establecer el plan adecuado para tu industria en particular.


Cobertura de servicios en México


México cuenta con una amplia cobertura de servicios técnicos para intercambiadores de calor de placas, ofrecidos tanto por los fabricantes internacionales como por empresas nacionales especializadas. Esto significa que no importa la marca o el lugar de tu planta, es posible encontrar soporte para dar mantenimiento a tus PHE.


En cuanto a marcas atendidas, los principales fabricantes globales – Alfa Laval, GEA, Tranter, SPX/APV, Sondex/Danfoss, Hisaka, Kelvion (antes KNM / GEA) entre otros – tienen presencia directa o mediante representantes en México. Por ejemplo, Alfa Laval México ofrece servicio técnico para intercambiadores “sin importar la marca”, con acceso a más de 500 mil piezas de repuesto en stockalfalaval.mx. Es decir, aunque tu equipo sea de marca distinta, ellos pueden limpiarlo, recertificarlo y proveer piezas. De igual forma, otras compañías como GEA o Tranter tienen oficinas o distribuidores de servicio en el país. Adicionalmente, existen talleres locales que fabrican juntas y pueden reempuacar intercambiadores de diversas marcas.


La cobertura geográfica abarca todas las regiones industriales. En Ciudad de México y área metropolitana se concentran varios proveedores, pero también en el Bajío (Querétaro, Guanajuato), el norte industrial (Monterrey, Saltillo, Chihuahua) y el occidente (Guadalajara) hay disponibilidad de servicios. Para industrias petroleras y energéticas, zonas como Veracruz, Tabasco, Tamaulipas cuentan con compañías que atienden los complejos. Incluso si tu planta está en una ubicación remota, muchas empresas ofrecen servicio en sitio: envían técnicos con el equipo necesario para realizar limpiezas CIP, desmontajes o pruebas directamente en tus instalaciones cuando es posible, reduciendo la necesidad de transportar los intercambiadores.


Dentro de los servicios ofrecidos en México típicamente están:

  • Limpieza química en sitio (CIP): se rentan o utilizan unidades móviles CIP para limpiar intercambiadores en la planta del cliente.

  • Mantenimiento in situ: técnicos que van a planta, desmontan los intercambiadores, hacen limpieza manual, cambian juntas, etc., ahí mismo. Esto es útil para equipos muy grandes o sensibles que es mejor no mover.

  • Reacondicionamiento en taller: puedes enviar tus placas a un centro de servicio especializado (por ejemplo, Alfa Laval tiene centros de servicio regionales donde reacondicionan ~40,000 placas al añoalfalaval.es). En el taller, con equipo profesional, hacen limpieza por ultrasonido, pruebas de integridad, montaje de juntas nuevas y te regresan las placas listas para armaralfalaval.esalfalaval.es.

  • Refacciones y partes: disponibilidad de juntas y placas originales de todas las marcas principales. Varios proveedores también manejan refacciones genéricas de calidad si el cliente las solicita. Por ejemplo, es posible conseguir placas y juntas compatibles para modelos Alfa Laval, GEA, APV, etc., a través de distribuidores nacionales.

  • Asesoría técnica: ayuda para diagnosticar problemas de rendimiento, recalcular intercambiadores, ampliar capacidad añadiendo placas, etc. Un buen proveedor en México te apoyará no solo a mantener, sino a optimizar tus equipos (algunos ofrecen evaluaciones térmicas con cámaras infrarrojas para ver cómo está funcionando el intercambiador en campoalfalaval.esalfalaval.es).


En resumen, en México tienes cobertura total para el mantenimiento de intercambiadores de placas: desde Tijuana hasta Mérida es posible encontrar soporte. Lo importante es elegir un proveedor confiable, con experiencia y acceso a refacciones de calidad. Si cuentas con intercambiadores críticos en tu proceso, es buena idea tener ya identificado y contratado un servicio de confianza que conozca tu equipo.


Nuestro equipo en particular ofrece servicio a nivel nacional, atendiendo todas las marcas de PHE con personal capacitado. Ya sea que necesites una limpieza CIP de rutina en sitio o un reacondicionamiento mayor en taller, podemos ayudarte. Mantener tus intercambiadores funcionando al 100% en cualquier rincón de México es nuestra prioridad.


(Llegando al final de esta guía, resumamos y resolvamos algunas dudas frecuentes en la siguiente sección de preguntas frecuentes.)


Preguntas frecuentes (FAQ)


¿Cómo puedo detectar que un intercambiador de placas necesita mantenimiento?

Puedes identificar la necesidad de mantenimiento observando el desempeño del equipo y realizando inspecciones básicas. Las señales más comunes son: variación en temperaturas (el fluido ya no alcanza la temperatura deseada, indicando posible suciedad)alfadeoccidente.mx, aumento en la caída de presión a través del intercambiador (las bombas trabajan más para empujar el fluido, señal de placas obstruidas)alfadeoccidente.mx, o fugas de fluido visibles alrededor del equipo (goteo en las uniones, indicio de juntas dañadas). Si notas cualquiera de estos síntomas – menor eficiencia térmica, mayor consumo de energía o goteras – es momento de programar un mantenimiento. En industrias higiénicas, adicionalmente cualquier pequeña contaminación detectada en el producto podría indicar una fuga interna, lo cual amerita inspeccionar el PHE de inmediato.


¿Cada cuánto se deben cambiar las juntas de un PHE?

Depende del material de la junta y las condiciones de operación, pero en general las juntas de nitrilo (NBR) suelen durar unos 3 a 5 años, mientras que las de EPDM o Viton pueden durar hasta 5–8 años en servicio moderadopremiersepservices.compacificmarine.net. Estas cifras son orientativas; la realidad es que debes inspeccionar las juntas en cada mantenimiento anual. Si notas que están endurecidas, agrietadas o ya no sellan adecuadamente (se ven aplastadas y sin “rebote”), conviene reemplazarlas. Incluso si lucen bien, muchos fabricantes recomiendan un cambio preventivo completo alrededor de los 5 años de uso para evitar fallas sorpresivas. Factores como temperatura alta, químicos agresivos o ciclos frecuentes de abrir/cerrar acortarán la vida de las juntas. En resumen, revísalas cada año y planea sustituirlas cada pocos años antes de que fallen.


¿Es recomendable usar refacciones genéricas (juntas o placas) en lugar de las originales?

Lo más recomendable es utilizar repuestos originales del fabricante siempre que sea posible, ya que garantizan la calidad del material, el ajuste exacto y mantienen certificacionesww2.nelsonjameson.comww2.nelsonjameson.com. Las juntas originales están formuladas con los compuestos correctos y las placas originales tienen el estampado preciso para tu modelo. Dicho esto, existen en el mercado juntas y placas genéricas de buena calidad para muchas marcas, ofrecidas por terceros. Pueden ser una alternativa más económica, pero hay que tener cuidado: asegúrate de comprarlas a un proveedor confiable y verifica que el material sea equivalente. Una junta genérica de mala calidad podría no sellar bien o durar mucho menos. Nuestro consejo: para equipos críticos o bajo garantía, usa originales. Para equipos no tan críticos, podrías probar genéricas de alta reputación. Siempre realiza pruebas después de instalarlas para confirmar que no haya fugas y monitorea su desempeño.


¿Cuánto tiempo toma el mantenimiento de un intercambiador de calor de placas?

El tiempo varía según el alcance. Un mantenimiento preventivo sencillo (ej. limpieza CIP) puede tomar unas pocas horas y en ocasiones se realiza durante un turno de producción detenido brevemente. En cambio, un mantenimiento completo con desmontaje de placas, limpieza manual, pruebas y rearmado suele tomar de 1 a 2 días por equipo, dependiendo de su tamaño. Por ejemplo, la limpieza manual de un PHE mediano no debería exceder 24 horas de trabajo efectivopaulmueller.com si se cuenta con las herramientas y personal adecuado. En talleres especializados, reacondicionar un paquete de placas puede tomar 2–3 días incluyendo secado y pruebas. Lo importante es planear el mantenimiento con anticipación para tener ese tiempo disponible. Muchas veces se aprovechan fines de semana o paros programados. Adicionalmente, si se requieren refacciones que no se tienen en sitio, el tiempo podría alargarse esperando su llegada. En general, una limpieza + cambio de juntas bien organizada se hace en un día, y un reacondicionamiento mayor en taller en menos de una semana. Consultar con el servicio técnico te dará un estimado más preciso según tu caso.


¿Los intercambiadores de calor de placas soldados o brazados (sin juntas) requieren mantenimiento?

Los intercambiadores de placas brazados o soldados (como los compactos de placas de cobre en HVAC, o unidades soldadas tipo bloc) son prácticamente mantenimiento-cero en cuanto a repuestos, ya que no tienen juntas que cambiar ni se pueden desmontar. Sin embargo, sí requieren limpieza si sus canales se ensucian. La limpieza en estos casos solo puede hacerse vía métodos químicos (CIP, circulación de químicos desincrustantes) o por contraflujo, ya que no es posible abrirlos para limpieza mecánica. En otras palabras, se limpian “como un tubo”, con flushing y químicos. Es importante mantener la calidad del fluido (filtros, tratamiento) para que no se obstruyan, ya que si un brazado se tapa severamente, no hay forma de abrirlo para limpiarlo manualmente. A veces tocan desecharlo y sustituirlo por uno nuevo. Por ello, aunque los PHE soldados no tengan mantenimiento de cambio de piezas, sí conviene hacer limpiezas preventivas y cuidar que el fluido no lleve sólidos ni incrustantes. Muchos fabricantes recomiendan CIP periódico también para estos intercambiadores compactos. En resumen: son más “libres de mantenimiento” que uno con juntas, pero no son inmunes a la fouling, así que dales limpieza química ocasional y vigila presiones/temperaturas para detectar ensuciamiento.


Como has podido ver, el mantenimiento de intercambiadores de calor de placas es un tema amplio pero vital para garantizar la eficiencia y confiabilidad de numerosos procesos industriales. Ya sea a través de limpiezas CIP frecuentes, desmontajes programados, pruebas rigurosas o reemplazo de refacciones, mantener tus PHE en buenas condiciones te ahorrará costos, mejorará la calidad de tu producto y prevendrá paros inesperados. En México cuentas con aliados expertos listos para asistirte en cada paso, desde seleccionar la junta correcta hasta reacondicionar un equipo completo.


Conclusión y llamado a la acción: No esperes a sufrir una falla para prestar atención a tus intercambiadores de placas. Implementa un plan de mantenimiento preventivo hoy mismo – tu proceso te lo agradecerá con rendimiento óptimo y longevidad. Si necesitas ayuda o asesoría personalizada, no dudes en contactarnos. Nuestros especialistas en PHE están a tu disposición para responder tus dudas, apoyarte con refacciones originales de diversas marcas, o agendar un servicio técnico en tu planta. ¡Mantén el calor bajo control y tus operaciones fluyendo! Te invitamos a seguir leyendo nuestros próximos artículos del blog para profundizar en temas específicos, y a acercarte a nuestros asesores para encontrar la solución ideal de mantenimiento para tus intercambiadores de calor. ¡Estamos para servirte!


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